lunes, 25 de noviembre de 2013

Ildefonso Cerdá



Ildefonso Cerdá Suñer, en catalán Ildefons Cerdà i Sunyer, (CentellasEspaña23 de diciembre de 1815 – Las Caldas del Besaya, España; 21 de agosto de 1876) fue un ingenierourbanistajuristaeconomista y político español. Hombre polifacético, escribió la Teoría general de la urbanización, obra pionera de la especialidad, por la cual se le considera uno de los fundadores del urbanismo moderno. Su proyecto más importante fue la reforma urbanística de la Barcelona del siglo XIX mediante el Plan Cerdá, con el que creó el actual barrio del Ensanche. Cerdá no fue un triunfador; concentrado meticulosamente en su trabajo, tuvo problemas familiares, su proyecto de ensanche nunca fue bien visto por los estamentos locales y acabó arruinado, pues el Estado español y el Ayuntamiento de Barcelona no le pagaban los honorarios que le debían. Hubo de pasar un siglo para que se reconociera su legado.


Nació en el Mas Cerdá de la Garga, una propiedad que su familia poseía desde el siglo XIV, en Centellas, Osona, Barcelona. Fue el cuarto hijo –tercero de los varones– de seis hermanos, en el seno de una familia con raíces documentadas en la Plana de Vic desde 1440. Pese a su ascendencia rural, los Cerdá eran gente de mundo con intereses ligados al comercio americano, un hecho que sin duda estimuló el espíritu abierto, las inquietudes y la fe en el progreso del joven Ildefonso.
Destinado por su padre a la carrera eclesiástica, cursó estudios de latín y filosofía en el seminario de Vich, ciudad donde su familia, de tradición liberal, se refugió durante la Guerra de los Agraviados en 1827. Tras enfrentarse con su padre para cambiar su orientación profesional, en 1832 se trasladó a Barcelona, donde inició los estudios de arquitectura, matemáticas, náutica y dibujo en la Escuela de la Llotja. No obtuvo el título de arquitecto y, en septiembre de 1835, se trasladó a Madrid para estudiar en la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, donde obtuvo el título de ingeniero el año en 1841, tras muchas penurias económicas debidas a la falta de apoyo familiar.


El Ensanche se construyó en los años de la industrialización de Cataluña, en las postrimerías del siglo XIX y comienzos del XX. La parte central, la derecha del Ensanche, fue el barrio de la burguesía que introdujo en sus casas un estilo propio, el modernismo, reflejo de aquel momento. Todo el Ensanche constituye un conjunto arquitectónico modernista único en Europa. 


 
Barcelona durante la primera mitad del siglo XIX, tenía un urbanismo Medieval, su expansión estaba limitada por la muralla. Las ordenanzas militares de la fortaleza prohibían construir alrededor de la muralla, por ser esta zona uso exclusivamente agrícola. Esta limitación de crecimiento continuo, daba lugar a plantear una ciudad nueva al lado de la ciudad histórica. Esta circunstancia y la situación política del momento, en plena Revolución Industrial, provocaba un colapso en la expansión de la industria y la demografía, impidiendo que se instalen en sus alrededores las nuevas industrias. Por lo tanto la expansión demográfica y las industrias se trasladan a zonas que en la época eran municipios independientes (Gracia, Sarría, Sants...), creándose una necesidad de comunicación con estas poblaciones, y surgiendo una serie de caminos o vías que, a día de hoy, se siguen manteniendo formando parte de la trama urbana, como Paseo de Gracia. En 1856, da lugar a la demolición de las murallas. En 1859 el consistorio barcelonés convocó un concurso de proyectos urbanísticos, Proyecto de reforma y Ensanche para la ciudad, del que resultó ganador el arquitecto Rovira i Trias. Este proyecto era acorde con las inquietudes de la burguesía. El Plan Cerdà fue rechazado por el gran número de espacios "desperdiciados" en jardines. El gobierno central, impuso el Plan Cerdà que desestimaba así las propuestas de sus competidores municipales. Cerdà quería diseñar una ciudad igualitaria, donde no se diferenciaran unos barrios de otros por las condiciones de vida impuestas, pero el propio Cerdà retoca ligeramente su plan para aumentar la superficie edificable. Pese a que durante varias décadas hubo resentimiento del pueblo barcelonés y que el resultado final que conocemos hoy del Ensanche de Barcelona ha sufrido muchas modificaciones sobre el que inicialmente propuso Cerdà, nadie duda hoy que el plan impuesto fue mejor que el aprobado en el concurso y que el resto de los presentados. 



Plan de Cerda

En el estudio, Ildefonso Cerdà recopiló información y analizó la distribución y desarrollo de las grandes ciudades de traza regular más importantes de la época. Cerdà considera en sus proyectos, la necesidad de que las ciudades estén pensadas para las personas y plantea una especial preocupación por los problemas de salud mental y social. Para la formación de la teoría de la urbanización, analiza y desarrolla, la higiene, la circulación y la Ciudad nueva. La preocupación de Cerdà por la viabilidad de su proyecto, le hace plantear un pensamiento económico, la imposición de la contribución de los propietarios en la tarea urbanizadora. En el Ensanche de Cerdà, se puede ver un tejido uniforme. El trazado es como un mosaico, una malla básica de calles y avenidas, infinitas sobre el territorio. Esta define las manzanas cuadradas con chaflanes. La regularidad de la red viaria, con calles de sección constante con criterios de urbanización, y unas manzanas muy singulares, de gran regularidad, de forma reconocible y única por su chaflán, le dan la característica de uniformidad. Esta uniformidad se va perdiendo cuando nos acercamos a la manzana, en la cual se puede ver la lucha interna por la transformación del orden. El proyecto de Cerdà contempla la totalidad del suelo llano de Barcelona, incorporando los municipios limítrofes sobre los que Barcelona no tenía ningún poder jurídico, pero en su opinión era necesario ordenarlo como parte del proyecto. Estaba pensando en una idea metropolitana, en una ciudad abierta a territorios próximos. Estas intenciones quedan clarísimas al dibujar las calles abiertas hacia los alrededores, garantizando la accesibilidad universal mediante la trama viaria. Con el Plan Cerdà se dio paso a lo que se entiende como Barcelona Metropolitana, capaz de englobar pueblos y territorios confluyentes. También incorporó el ferrocarril en la ciudad. El tejido resultante era de carácter claramente residencial. Determinó cuatro vías principales, Paralelo, Paseo de Gràcia, Meridiana y Gran Vía de les Corts Catalanes. Encajó en una malla ortogonal formada por la 
repetición de una unidad elemental: la manzana. Cada parcela agrícola se ha transformado en casi 
12 solares. 


El trazado

El ensanche de Barcelona es un trazado de calles definido por manzanas con chaflanes. Los chaflanes, cortes a 45º en las esquinas, aumentan la eficiencia del uso de la trama sin desvirtuar su imagen geométrica perfecta. El trazado es la imagen más característica del Ensanche, y es consecuencia del esmerado estudio de tráfico y de cruces realizado por Cerdà. Justificó el chaflán de los vértices de las manzanas desde el punto de vista de la visibilidad que da a la circulación rodada. La anchura del trazado viario del Ensanche es de calles de 20, 30 y 50 m, con las que se marcan su jerarquía y su protagonismo viario, junto con la longitud. Paseo de Gracia con 60m es la más ancha del Ensanche



La manzana

La manzana que Cerdà propone es una manzana cuadrada, de 113m de lado y un chaflán de 19,80m, como elemento de apoyo de la edificación. Elige la manzana cuadrada porque considera que es la mejor manera de incidir el sol en todas las fachadas. Plantea la necesidad de que los edificios estén convenientemente separados entre sí y que no tengan más altura que la anchura de las calles en que se encuentran, justificando este criterio por la necesidad de que el sol entre en todas las calles sin el impedimento de los propios edificios. Es en este punto donde llega a la conclusión de que las calles han de tener 20 m de ancho y que la altura de los edificios no debe sobrepasar los 16 m. La orientación, las vías discurren en dirección paralela al mar, unas, y en perpendicular las otras. Esto hace que la orientación de los vértices de los cuadrados coincida con los puntos cardinales, todos sus lados tengan luz directa del sol a lo largo del día. De la manzana estándar podemos sacar tres derivados La manzana regular, La manzana con pasajes y La supermanzana. La configuración de la manzana, viene definida por la longitud de su perímetro. La disposición de la edificación perimetral y la configuración del patio central han condicionado la profundidad edificable (20-28m) y el ancho de la fachada (9-15m). 


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